Not All Wisdom Comes with Age: The Mantra I Borrowed From My Child

No Toda la Sabiduría Llega con la Edad: El Mantra que Aprendí de Mi Peque

Español abajo

My children and I used to enjoy going to the beach and soaking in the calm waters of the Gulf of Mexico. While my 10-year-old loved trying to surf even when the waves weren’t quite big enough, my 7-year-old preferred building sandcastles by my side.

When Calm Waters Turned Unpredictable

One Sunday during a family beach day, I settled in for a relaxing time reading in the shade. That’s when my little one looked up from the sand, and, perhaps deciding the waves were gentle enough, grabbed a bodyboard and ran straight into the water. I got up and walked along the shore, keeping an eye on my redheaded mermaid as they kicked happily in the sea.

Then, a large wave suddenly rose and swallowed my child. The sea can turn in an instant, just like life. What looks peaceful one moment can shift without warning.

Fear, Courage, and a Mantra

I dove in as soon as I saw the bodyboard float back alone. Moments later, two small hands surfaced, clutching the board. My child hoisted themself back on and began paddling toward me, lips moving as if speaking to no one.

When we reached each other, the kiddo clung to me and said, “Mami, the wave tumbled me.”

“But you were so brave,” I said. “You didn’t cry and you held on to your board. What were you saying?”

My child looked up at me, lashes heavy with salt water, and replied, “I said, ‘Paddle to mami, paddle to mami,’ so I wouldn’t be scared.”

A Child’s Wisdom in Rough Waters

At that moment I realized my 7-year-old understood something many adults struggle with: the power of focus. My child had created a mantra to guide themselves through fear and uncertainty.

A few days later, I shared the story with my sister, who was going through a rough time. The next morning, I noticed her Facebook status read, “Paddle to mami, paddle to mami.” I knew exactly what it meant. She was drawing on that same idea to stay grounded and face her own wave.

The Mantra I Now Carry With Me

Now, whenever I feel overwhelmed or uncertain, I remember my child’s determination as they paddled toward safety. I whisper to myself, “Paddle to mami, paddle to mami.” In this version, I am my own “mami,” because I’ve learned that the solution to my challenges lies within me.

Español

Mis peques y yo solíamos disfrutar de ir a la playa y de las tranquilas aguas del golfo de México. Mientras que mi hija de 10 años adoraba intentar hacer surf aunque las olas no fueran lo bastante grandes, mi menor, de 7 años, prefería construir castillos de arena a mi lado.

Cuando las Aguas Tranquilas se Volvieron Feroces

Un domingo, durante un día familiar de playa, me acomodé para disfrutar de una lectura tranquila a la sombra. Fue entonces cuando mi peque levantó la vista de la arena y, quizá pensando que las olas eran lo bastante tranquilas, agarró una tabla de bodyboard y corrió directamente hacia el agua. Me levanté y caminé por la orilla, observando a mi peque mientras se alejaba felizmente en el mar.

Entonces, de forma inesperada, apareció una ola enorme. El mar puede cambiar en un instante, igual que la vida. Lo que parece tranquilo en un momento puede volverse peligroso al siguiente.'

Miedo, Valentía y un Mantra

Me lancé al agua en cuanto vi que la tabla flotaba sola. Momentos después, dos pequeñas manos emergieron, agarradas con fuerza a la tabla. Mi peque consiguió subirse de nuevo y empezó a remar con todas sus fuerzas hacia mí, moviendo los labios como si hablara consigo mismo.

Cuando por fin nos alcanzamos, se abrazó a mí y me dijo: “Mami, la ola me revolcó.”

“Pero fuiste muy valiente,” le dije. “No lloraste y te aferraste a tu tabla. ¿Qué decías?”

Me miró con los ojos muy abiertos, las pestañas cargadas de agua salada, y respondió:“Decía ‘rema hacia mami, rema hacia mami’, para no tener miedo.”

La Sabiduría de un Niño en Aguas Turbulentas

En ese momento comprendí que mi peque de 7 años sabía algo que a muchos adultos nos cuesta entender: el poder de la concentración. Creó su propio mantra para mantener su enfoque y superar el miedo.

Unos días después, le conté la historia a mi hermana, que pasaba por un momento difícil. A la mañana siguiente vi que puse en Facebook: “Rema hacia mami, rema hacia mami.” Supe enseguida lo que significaba. Estaba utilizando esa misma idea para mantenerse centrada y enfrentarse a su propia ola.

El Mantra que Ahora Me Acompaña

Desde entonces, cada vez que me siento abrumada o insegura, recuerdo la determinación de mi peque mientras remaba hacia un lugar seguro. Me repito a mí misma: “Rema hacia mami, rema hacia mami.” En esta versión, yo soy mi propia “mami”, porque he aprendido que la solución a mis desafíos siempre está dentro de mí.