Why Midlife Women Aren’t Truly Invisible—And How We Can Stay Relevant

Las mujeres de mediana edad no somos invisibles (y así lo demostramos).

(Español abajo)

There’s a prevailing narrative that women disappear as they age—not literally, of course, but culturally and socially. We often hear phrases like “I feel invisible” from women entering midlife and beyond. But is it all due to external perception, or is some of it internal?

Let’s be clear: ageism is real. Studies show that women face a double bind of sexism and ageism as they grow older—what researchers call “gendered ageism.” According to a 2020 report by the World Health Organization, ageist attitudes are prevalent in institutions, media, and interpersonal interactions [WHO, 2021].

But feeling unseen isn't just about how others perceive us. Often, it's also about how we see ourselves.

Reclaiming Our Visibility Begins Within

Invisibility can creep in subtly. Sometimes, it’s not about society sidelining us—it’s about us shrinking ourselves. I know this firsthand.

As a young woman, I struggled with a debilitating eating disorder. My self-image was warped; I never felt “enough.” It took years of therapy, writing, and inner work to rebuild my sense of self. And that rebuilding didn’t peak until I hit midlife.

In fact, it wasn’t until my forties that I recognized my intrinsic value—and by my fifties, I felt more aligned, powerful, and self-assured than ever. Sure, I had sagging skin, gray hair, and was deep into menopause. But none of that diminished me. If anything, it made me more me. At 61, I feel more visible than ever.

How I Stay Visible in a World That Often Overlooks Us

Here are seven things that helped me stand taller, shine brighter, and embrace this chapter with pride:

1. Be Loud and Proud About Your Age

There’s power in naming your number. Puerto Rican TV personality Giselle Blondet once told me that sharing your age openly can make you look even more radiant. That struck a chord. I’ll be 62 in August 2025, and I’m not hiding it.

2. Unleash Your Charisma

Confidence isn’t about perfection—it’s about presence. When you speak with conviction, laugh freely, and move through the world comfortably in your own skin, people notice. Charisma isn’t tied to youth. It’s tied to self-acceptance.

3. Cultivate a Signature Style

Trends come and go, but style is eternal. Whether it’s silver jewelry, bold eyewear, or bohemian shawls, owning your look reinforces your identity. According to Psychology Today, expressing individuality through style can boost self-esteem at any age [Psychology Today, 2019].

4. Reconnect with Your Purpose

Purpose fuels presence. If you’ve yet to identify what makes you feel alive, ask: What would I do if money weren’t an issue? Even small steps toward a meaningful goal can shift your energy and visibility.

5. Chase a Goal That Scares You (a Little)

Accomplishing something new—especially at midlife—does wonders for your self-worth. I ran my first half-marathon at 48, became a certified yoga teacher at 55, and am currently working on mastering multiple pull-ups at the gym. Goals give you momentum and magnetism.

6. Curate Your Circle

Energy is contagious. Surround yourself with people who get you—regardless of age. Friendships rooted in shared values and mutual curiosity will always keep you engaged and inspired.

7. Keep Your Heart Open

By midlife, we’ve all weathered storms—grief, loss, reinvention. But staying open to wonder, joy, and connection makes you radiant. Vulnerability is strength. And that strength is anything but invisible.

Visibility isn’t just about being seen—it’s about choosing not to shrink. The world may have its biases, but our self-worth doesn’t have to waver because of them.

We are not fading—we are just getting started.

I´d love to know how you work on being visible and relevant at any age!

Español

Existe una narrativa bastante extendida que dice que las mujeres “desaparecemos” a medida que envejecemos. No de forma literal, claro, sino cultural y socialmente. Oímos frases como “me siento invisible” con demasiada frecuencia entre mujeres que entran en la mediana edad y más allá. Pero ¿es todo culpa de cómo nos ve el mundo exterior… o también influye cómo nos vemos nosotras mismas?

Dejémoslo claro: la discriminación por edad es real. Los estudios demuestran que las mujeres sufrimos una doble discriminación, por ser mujeres y por envejecer, lo que los investigadores denominan “edadismo de género”. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud de 2020, las actitudes edadistas son frecuentes en instituciones, medios de comunicación y relaciones interpersonales [OMS, 2021].

Pero sentirse invisible no siempre tiene que ver con cómo nos ven los demás. Muchas veces, tiene más que ver con cómo nos percibimos nosotras mismas.

Recuperar nuestra visibilidad empieza desde dentro

La invisibilidad puede instalarse de forma sutil. A veces, no es que la sociedad nos aparte, sino que somos nosotras las que comenzamos a empequeñecernos. Lo digo por experiencia.

De joven, sufrí un trastorno alimentario que afectó profundamente mi autoestima. Mi imagen estaba completamente distorsionada; nunca me sentía suficiente. Me llevó años de terapia, escritura y trabajo interior reconstruir mi sentido del valor. Y ese proceso no alcanzó su punto más fuerte hasta que llegué a la mediana edad.

De hecho, no fue hasta los cuarenta cuando empecé a reconocer mi valor real, y en los cincuenta fue cuando me sentí más alineada, poderosa y segura que nunca. Sí, ya tenía arrugas, canas y estaba de lleno en la menopausia. Pero nada de eso me restaba. Al contrario: me sentía más yo. A mis 61, me siento más visible que nunca.

Cómo mantengo mi visibilidad en un mundo que a veces nos ignora

Estas son las siete claves que me han ayudado a brillar más y abrazar esta etapa con orgullo:

1. Di tu edad sin miedo y con orgullo

Decir la edad en voz alta tiene poder. La presentadora puertorriqueña Giselle Blondet me dijo una vez que compartir tu edad abiertamente te hace brillar aún más. Y estoy de acuerdo. Cumpliré 62 en agosto de 2025, y no tengo ninguna intención de ocultarlo.

2. Saca a relucir tu carisma

La confianza no es perfección: es presencia. Hablar con convicción, reírte sin reservas y moverte por el mundo a gusto contigo misma es magnético. El carisma no depende de la juventud, sino de la autoaceptación.

3. Define tu propio estilo

Las modas pasan, el estilo permanece. Ya sea con joyas de plata, gafas llamativas o chales bohemios, tu imagen es una extensión de tu identidad. Según Psychology Today, expresar tu individualidad a través del estilo puede aumentar tu autoestima a cualquier edad [Psychology Today, 2019].

4. Reconecta con tu propósito

Tener un propósito da sentido y dirección. Si aún no sabes cuál es el tuyo, pregúntate: ¿Qué haría si el dinero no fuese un problema? Incluso dar pasos pequeños hacia algo significativo puede transformar tu energía… y tu visibilidad.

5. Persigue un reto que te asuste (aunque sea un poco)

Lograr algo nuevo —sobre todo en la mediana edad— es un chute de autoestima. Corrí mi primera media maratón a los 48, me certifiqué como profesora de yoga a los 55 y ahora estoy trabajando en hacer varias dominadas seguidas en el gimnasio. Los objetivos te dan impulso… y presencia.

6. Rodéate de gente afín

La energía se contagia. Busca personas que vibren como tú, sin importar la edad. Las amistades basadas en valores comunes y curiosidad mutua siempre te mantendrán conectada e inspirada.

7. Mantén el corazón abierto

A estas alturas, todas hemos pasado por lo nuestro: pérdidas, duelos, reinvenciones. Pero conservar la capacidad de asombro, de alegría, de conexión, es lo que te hace brillar. La vulnerabilidad es una fuerza. Y esa fuerza no tiene nada de invisible.

La visibilidad no depende solo de que te vean… sino de no permitirte desaparecer. El mundo puede tener sus prejuicios, pero tu valor no debería tambalearse por eso.

No nos estamos apagando. Estamos, por fin, encendiendo nuestra propia luz.

¡Me encantaría saber cómo haces tú para manterte visible y relevante a cualquier edad!